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La Reconstrucción Real: Fragmentación, lo Práctico y el Poder del Individuo

La Londres que emergió de las cenizas de 1666 fue el resultado de una gran cantidad de iniciativas individuales y colectivas, no de un plan unificado. La reconstrucción siguió, en gran parte, del trazado preexistente, con sus calles complejas y parcelas irregulares. La urgencia por restablecer la actividad económica y la vivienda impulsó una reactivación del territorio guiada por propietarios, comerciantes y constructores privados. Como apunta Peter Ackroyd en “Londres, una biografía”, la ciudad fue "rehecha a imagen de sí misma, con mejoras aisladas, sin una estrategia de conjunto". Además, este autor resalta que "La reconstrucción no fue dirigida por un organismo único, ni inspirada por un plan de conjunto: fue el resultado de miles de decisiones individuales en el mercado inmobiliario." (Ackroyd - Londres: una biografia - p. 309)

 

Este proceso se caracterizó por:

  • La propiedad privada: Los propietarios, con el respaldo legal, reconstruyeron sus lotes, a menudo con ligeros ajustes para cumplir con las nuevas regulaciones mínimas de seguridad. Las "pequeñas casas agrupadas" surgieron donde había espacio, reflejando una lógica de maximización del aprovechamiento del suelo. “Se trataba de una reconstrucción espontánea, sobre la base de la propiedad y la iniciativa individuales, regulada en algunos aspectos técnicos, pero no dirigida por un plan maestro. En realidad, Londres era una ciudad que escapaba a todo control: ni el rey ni el parlamento ni la City podían contener su crecimiento.” (Morris - Historia de la forma urbana - p.286). Podemos analizar y entender la fuerza que tenian los privados con los siguientes ejemplos: como no esperaron la ayuda de nadie y se pusieron a trabajar para lograr volver a sus capacidades o incluso mejorarlas lo antes posible. La Reconstrucción de los Gremios y sus "Halls", Las Livery Companies (Gremios de Londres) eran instituciones extremadamente poderosas, tanto económica como socialmente, en la City. Muchas de ellas vieron sus "Halls" (sedes gremiales) destruidas por el incendio. La reconstrucción de los mismos fue, en gran medida, una iniciativa interna y financiada por las propias compañías, no por el Estado. Por ejemplo, el Gremio de Orfebres (Goldsmiths' Company) o el Gremio de Comerciantes de Pieles (Skinners' Company) emprendieron la reconstrucción de sus sedes con sus propios recursos y arquitectos (a menudo, empleando a discípulos de Wren o Hooke, pero bajo su propia dirección). Esto demostraba su capacidad económica y su autonomía para restaurar su infraestructura vital. Otro claro ejemplo fue el Desarrollo de los "Squares" por Terratenientes Privados, gran parte de la expansión de Londres más allá de la City reconstruida no se dio por planificación real, sino por la iniciativa de grandes terratenientes que poseían vastas propiedades. Areas como Bloomsbury Square (uno de los primeros "squares" residenciales, desarrollado por el conde de Southampton a partir de la década de 1660) o los posteriores desarrollos en Mayfair o Belgravia (siglos XVIII y XIX), fueron planificados y construidos por terratenientes. Ellos dividían sus propiedades en parcelas, establecían reglas de construcción (covenants) para mantener un estándar de calidad y diseñaban los espacios ajardinados centrales como un atractivo, maximizando el valor de sus tierras. Esto era urbanismo privado, no público.

  • Una afluencia demográfica imparable: La crisis no detuvo el flujo de nuevos habitantes, atraídos por las oportunidades económicas. Comerciantes, artesanos y trabajadores se instalaron donde encontraban espacio y oportunidad, contribuyendo a una ocupación del suelo guiada por criterios funcionales y económicos, no por un plan maestro. “Allí donde quedó un pequeño espacio entre las grandes mansiones, las clases medias lo ocuparon con pequeñas casas agrupadas.” (Morris, “Una Historia de la Forma Urbana.”).

  • El Estado como regulador del caos: En lugar de planificar, las autoridades "regularon el caos para hacerlo viable" (Morris). Establecieron normativas de construcción (materiales, alturas, anchuras de calles) que, si bien mejoraron las condiciones urbanas, no alteraron la esencia fragmentada del tejido.

  • La City: El corazón financiero y comercial de Londres, la City, ejemplifica esta dinámica. Su reconstrucción fue una "restitución" del trazado anterior, donde la prioridad fue la recuperación inmediata de las funciones económicas. Los gremios, los comerciantes y los banqueros impulsaron una reactivación descentralizada, consolidando la City como un centro de poder económico autónomo.

  • Este urbanismo fragmentado, lejos de ser un obstáculo, se reveló como una fortaleza. La flexibilidad de la estructura urbana, capaz de adaptarse rápidamente a las demandas del mercado y al crecimiento poblacional, permitió a Londres consolidarse como un centro financiero y portuario internacional. La ciudad prosperó no a pesar de su "desorden" aparente, sino gracias a él, a su capacidad de responder ágilmente a las dinámicas del comercio global.

Tras el incendio, la City de Londres se reconstruyó con una sorprendente velocidad. Esta imagen destaca el retorno a un trazado similar al original, donde las iniciativas individuales de propietarios y comerciantes dictaron la forma de la ciudad, priorizando la reactivación económica y la funcionalidad sobre cualquier esquema ideal. Destacando también el ensanchamiento de las calles y límites de alturas en las construcciones.

Sofía Parisi- Juliana Pueblas - Teo D'alvia - Giuliana Cassi - Sofía Fernandez De Cicco

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