La Catedral de San Pablo: La Excepción que Confirma la Regla
La reconstrucción de la Catedral de San Pablo, bajo la dirección de Christopher Wren entre 1675 y 1710, se podría categorizar como una excepción notable a la dinámica general. Encargada y financiada por el Estado, esta obra monumental sí se desvinculó del trazado preexistente, introduciendo un nuevo volumen y eje visual. San Pablo representó un intento claro del poder estatal y eclesiástico de imponer una declaración simbólica de autoridad y orden en el centro de la City.
La catedral se insertó en un Londres que seguía reconstruyéndose de forma fragmentada, poniendo en evidencia los límites reales del poder monárquico para transformar la ciudad en su totalidad. San Pablo se convirtió en un referente aislado de la planificación estatal dentro de un mar de iniciativas privadas, sirviendo como un contraste entre la visión centralizada y la realidad de un urbanismo desde la base.

La imponente Catedral de San Pablo, obra maestra de Wren, es la gran excepción en la reconstrucción de Londres. Aunque su construcción fue una afirmación del poder estatal y eclesiástico, se podría considerar como un hecho aislado en un tejido urbano.